Cuando el trabajador pone en cuestión las huelgas (aunque beneficien a sindicatos o, no quede muy clara su reivindicación), sus pantalones caen un poco más. Con el fracaso de ésta última, la patronal sonríe un poco más y puede que los pantalones ya estén a la altura de los tobillos pero, todavía queda apretar las nalgas con fuerza.
¡Que buena!
ResponderEliminarCuando el trabajador pone en cuestión las huelgas (aunque beneficien a sindicatos o, no quede muy clara su reivindicación), sus pantalones caen un poco más. Con el fracaso de ésta última, la patronal sonríe un poco más y puede que los pantalones ya estén a la altura de los tobillos pero, todavía queda apretar las nalgas con fuerza.
ResponderEliminarSaludos
muy bueno!!!
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