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martes, 27 de diciembre de 2016

Varroasis en las abejas y tratamientos

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apimielesSíntomas y desarrollo:
El mayor problema sanitario que siguen teniendo las colmenas es el ácaro Varroa destructor (hasta 2002 conocido como Varroa jacobsoni), y sus secuelas. 

Varroa puede entrar en cualquier colmenar:
- Por pillaje de nuestras abejas a enjambres silvestres u otras colmenas próximas con varroa.
- Transportado por un zángano infestado, procedente de colmenas situadas en un radio de 4 – 8 Km.
- Si el apicultor introduce en el colmenar núcleos, colmenas, enjambres, cría o abejas procedentes  de colmenares con varroa.

En cualquier caso, esta varroa que entra en una colmena es capaz de detectar, inmediatamente, qué celdillas de cría están a punto de opercularse, entrar en ellas y ocultarse bajo el pollo de abeja. Luego  esperará a que el sello se cierre para salir, picar para alimentarse, y comenzar allí su ciclo de reproducción.
Ese ciclo está muy ajustado al de la abeja. A las 60 horas de la operculación de la celdilla la varroa pondrá un huevo de macho, y luego, cada 30 horas, un nuevo huevo, ya siempre de hembras. Cuando el primer huevo de varroa completa su desarrollo sale una larva de varroa, que, alimentándose de la abeja en desarrollo, dará lugar a una varroa adulta.
varroa abejaEl macho tarda más en ser un adulto maduro, 5 días, pero cuando llega a ese estado ya está allí la primera hembra madura, que tarda 4 días, desarrollada a partir del segundo huevo. La fecundación de la varroa macho a las hembras que van madurando se hace en el interior de  la celdilla operculada.
Cuando la abeja que está padeciendo esta infestación llega al final de su desarrollo, si sobrevive, sale de la celda. A consecuencia de este parasitismo suele ser más pequeña que una abeja sana y puede tener una serie de problemas infecciosos transmitidos por las picadas de varroa, el más frecuente es el virus de las alas dañadas (DWV: Damnage Wings Virus) que deja las alas sin acabar de desarrollar y arrugadas. Las varroas hembras fecundadas salen de la celdilla con la abeja. El macho y las varroas en desarrollo mueren al abrirse la celda.
Las varroas emergentes, hembras fecundadas, suelen pasar inmediatamente a otras abejas adultas, que las pueden transportar a otras colmenas o colmenares. Suelen permanecer entre 3 y 5 días encima de las obreras adultas antes de volver a intentar entrar en una celdilla para un segundo ciclo de cría. Algunas varroas llegan a hacer 3 ciclos de reproducción. Algunas veces pasan directamente de una a otra celda con cría a punto de opercularse, para iniciar otro ciclo de reproducción.

varroa_abejaLa población de varroa crece mucho en primavera, cuando hay más cría en la colmena, pero sus efectos no son tan notorios porque también hay mucha abeja. El momento de más peligro es el otoño, cuando disminuye la cría y la población de varroa se concentra en esta, ocasionando daños mayores y poniendo en peligro, con frecuencia, la supervivencia de la colonia. En épocas de actividad las varroas pueden sobrevivir unos 10 días en una colmena muerta, sin alimentarse, durante ese tiempo las abejas que entren al pillaje saldrán con lo que carguen más alguna varroa.

En invierno, con poca actividad, las varroas alargan su periodo de vida, llegando muchas de ellas a la primavera siguiente.

La población de varroa crecerá más o menos rápidamente dependiendo de una serie de factores:
- Fertilidad de la familia de varroas que nos haya infestado.
- Que pongan más o menos huevos viables.
- Que hagan más o menos ciclos de reproducción, suelen ser entre 0 y 3.
- Capacidad de las abejas de la colmena de identificar las varroas y eliminarlas de encima de otras abejas de las celdillas operculadas donde están criando
- Disponibilidad de cría de obrera para reproducirse, y, sobre todo, de cría de zánganos.

El resultado será un crecimiento rápido de la población de varroa, con la desaparición de la colonia atacada en un plazo de 8 – 9 meses, o bien solamente el mantenimiento de una cierta población de varroa en la colonia, que, dependiendo de su importancia, puede llegar a ser solo una molestia para las abejas y, en mayor o menor grado, una merma de sus posibilidades de producción.
Se han observado grandes diferencias entre el efecto de un ataque de varroa en algunas zonas y en otras. Mientras que en la mayor parte de Europa la mortandad de colmenas es abrumadora, en algunas zonas de América del Sur y otros sitios se llega a una cierta convivencia.
Recientes trabajos (año 2000) apuntan también a que no hay una sola especie de varroa, sino varias muy parecidas (entre 2 y 5), que se diferencian un poco, en el tamaño..., y en que unas son más dañinas para la abeja que otras. Al grupo de las más dañinas se le ha llamado “grupo destructor”.
tratamiento varroaTratamientos:
La lucha contra varroa ha supuesto la utilización de una serie de acaricidas, que han tenido que ir siendo sustituidos por otros a medida que este ácaro iba “aprendiendo” a desarrollar resistencia, para lo cual está bastante bien preparado.
Varroa tiene una gran capacidad de efectuar mutaciones, de cambiar sus rutas químicas, sus maneras de hacer que unos productos se transformen en otros en el interior de su organismo.
Por otro lado su sistema de reproducción “familiar”, fecundación de las hembras por su “hermano” la mayor parte del año fija en la descendencia, hereda, cualquier ventaja adquirida por esas mutaciones (solo cuando entran en una misma celda dos o más varroas puede haber cruzamientos fuera de la familia, esto ocurre con bastante frecuencia en otoño, cuando disminuye la cría).

En la situación actual, 2008, los métodos de control más efectivos son:

APISTANFluvalinato:
Molécula acaricida activa por contacto, muy poco tóxica para las abejas. Se encuentra en el mercado para uso apícola como el preparado “APISTAN ®”. Es una molécula “copiada” de la naturaleza, un insecticida natural del grupo de las piretrinas, por lo que la normativa de la UE la considera no tóxica para el organismo humano y no pide un nivel máximo de residuos (MRL, maxim residuum level) a los productos tratados con ella.
Su uso ininterrumpido, desde 1988 en nuestro país, ha provocado la aparición de poblaciones de varroa resistentes a este acaricida y de otras en las que el producto ha perdido porcentajes variables de efectividad.
Para evitar este problema el fluvalinato ha sido sustituido por otra molécula ligeramente modificada, el tau-fluvalinato,  que es más acaricida pero plantea el problema de ser más tóxica para las abejas.
Debido a los problemas de resistencias su uso es recomendable solo si se está en una zona en la que las poblaciones de varroa que existan sean sensibles a esta molécula (lo que suele coincidir con no haber tratado en los últimos 3 años).
También se encuentra en el mercado formando parte de una serie de acaricidas de uso agrícola con los que se preparan tratamientos artesanales, no autorizados para su uso en apicultura.

BAYVAROLFlumetrina:
Una molécula de la misma familia química que el tau fluvalinato y que actúa de la misma manera. Es la base de otro preparado comercial contra varroa, presente en el mercado mundial desde los años 90 y registrado en España en 2004, el “BAYVAROL”.

Acrinatrina:
La acrinatrina es otra molécula de la familia de los piretroides, como las dos anteriores, que también se utiliza contra varroa y actúa de la misma manera. En la República Checa existe un preparado registrado en base a ella, llamado “GABON 92PA”. También se encuentra como base de una serie de acaricidas para uso agrícola.

Amitraz:
Molécula acaricida activa por contacto, de una familia química muy diferente de las anteriores, que puede presentar una ligera toxicidad para las abejas, sobre todo en preparaciones artesanales. Muy efectivo. Se encuentra en el mercado como el preparado “APIVAR ®”, registrado para uso apícola.
apivarHasta el 2005 también se encontraba como base de una serie de acaricidas para uso agrícola, pero este uso fue prohibido por la UE en su línea de disminuir los residuos de plaguicidas en el ambiente.
Además de como “APIVAR ®” para Apicultura, siguen existiendo preparaciones ganaderas para desparasitación externa de ácaros (en cerdos, perros…) formuladas con esta molécula. En base a ellas y utilizando grasas como la vaselina se preparan cartones artesanales contra varroa.
Se utiliza de una manera más o menos generalizada en nuestro país desde 1994, cuando comenzaron a aparecer problemas de falta de efectividad en los tratamientos con fluvalinato.
Hasta el momento no han aparecido problemas de resistencia a esta molécula (en nuestro país, en EEUU se ha mencionado ya algún caso). Lo lógico es pensar que en un momento u otro puedan aparecer pérdidas de efectividad.
El amitraz puede dejar residuos en la miel, pero son mucho más peligrosos los residuos en la cera, que pueden llegar a intoxicar larvas que se críen en ella o trasferirse al polen acumulado para alimento de estas y de las abejas adultas.
Trabajos recientes apuntan a que altos niveles de acaricidas acumulados en la cera son responsables del bajo nivel de supervivencia de la cría en algunos panales. La normativa europea fija un límite máximo de residuos de amitraz en miel (MRL) de 200 ppb (partes por billón,= 0,2 g de amitraz en 1.000.000 Kg de miel).

checkmiteCoumafos:
Molécula de la familia de los organofosforados, acaricida por contacto de alta persistencia y toxicidad, sobre todo en sus utilizaciones artesanales. Muy efectivo. Registrado en los EEUU desde 1998, y autorizada su importación a España en 2007, bajo la marca “CHECK MITE ®”.
Trabajos recientes citan un alto nivel de residuos de esta molécula en una gran parte de las ceras de los EEUU, y apuntan a una cierta participación de estos residuos en los problemas de desaparición de colmenas.
Normas generales:
Todos los tratamientos han de permanecer activos dentro de la colonia durante un periodo de al menos un mes, una semana más incluso si hay mucha cría de zánganos,  para garantizar que el pelo de las abejas esté cubierto de la molécula activa elegida, de manera que cuando una varroa, bien venga de fuera, o emerja de una celdilla operculada, se agarre a cualquier abeja sufra una intoxicación por contacto.
En todos los tratamientos es necesario verificar, una vez acabados, que han sido efectivos y se ha controlado la población de varroas.
Es muy importante que los tratamientos contra varroa se realicen en las mismas fechas en las zonas lo más amplias posibles, para así evitar contagios de colmenas no tratadas a colmenas tratadas. La mayor causa de dispersión de varroa es la trasmisión de unos colmenares a otros, sobre todo cuando están próximos y cuando hay algunos poco atendidos. La erradicación total de este parásito es imposible, ya que siempre quedará alguna hembra en alguna colmena, o en los enjambres silvestres. Aunque los enjambres silvestres desaparezcan, generalmente por el efecto de varroa, vuelven a repoblarse periódicamente con enjambres procedentes de colmenas explotadas.
Se puede afirmar que la población silvestre de abejas, debido a varroa, depende actualmente de los enjambres que se escapen de colonias de apicultores. Y se ha de tener en cuenta que esta población de abejas es imprescindible para la reproducción de muchas plantas, por ejemplo, de entre el 60 y el 80 % de las que constituyen el matorral mediterráneo, la formación vegetal más extendida en nuestro país. Esta es la razón de las ayudas a la apicultura de la UE, la Administración central y las de las Comunidades Autonómicas.

Tratamientos biológicos (alternativos):
Existen tratamientos de control de varroa que no implican una lucha química con acaricidas tóxicos y potencialmente peligrosos por sus residuos, utilizando sustancias alternativas, se suelen conocer como “tratamientos biológicos” o “alternativos” en nuestra zona, en otras se llaman “tratamientos ecológicos” o “tratamientos orgánicos”.  Estos tratamientos están autorizados en explotaciones registradas para producción ecológica.
Tres de estos tratamientos, el que utiliza Timol, el que utiliza ácido fórmico y el que utiliza ácido oxálico, son legalmente utilizables en la UE, con receta hecha por un veterinario y si son preparados en una farmacia.
De estos tres el ácido oxálico requiere, para ser efectivo, ausencia de cría operculada, lo que limita mucho su uso.

Timol:
De estos tratamientos sin problemas residuales es el que más se usa actualmente.  El timol es una de las principales esencias que producen las plantas de los tomillos (Thymus sp.) y es una sustancia acaricida y que tiene un cierto efecto insecticida aplicado directamente sobre las abejas.
La dosis de tratamiento es diferente según las temperaturas de la época de aplicación y la manera de aplicarlo. Se usan entre 8 gr. / colmena en una cajita perforada para que salgan los gases hasta unos 20 g. por colmena diluidos en aceite de oliva (1 parte de timol por 1,7 de aceite) y dejados evaporar dentro de la colmena (impregnando un material poroso) durante 1 mes, repitiendo cada 10 a 15 días si hace falta. En algunas zonas de Francia disuelven el timol en alcohol (8 -10g. de timol/colmena) y empapan cartones con la mezcla, que luego colocan sobre los cuadros (en colmenas de alzas, con cabezales abiertos).
Si la temperatura ambiente es inferior a unos 13 -15 º C no evapora bien y el tratamiento no es todo lo efectivo que sería deseable.  A temperaturas altas, más de 30 º C, evapora demasiado de golpe si no está mezclado con aceite, gel u otros productos, y actúa como repelente de abejas, expulsándolas de la colmena o distorsionando el equilibrio de olores de la colonia y afectando a su comportamiento.
La eficacia del timol es mayor si:
- La reina es nueva (porque controla mejor la colonia con sus feromonas)
- La colmena es fuerte (porque ventila bien y evita dosis altas de timol gas)
- Hay poco ó nada de cría (porque el opérculo impide la actuación del timol)
- Se garantizan vapores de timol un largo tiempo, sobre un mes, a dosis adecuadas

apiguardEn España existe una formulación registrada a base de timol, desde 2004, el “APIGUARD ®” (aunque está presente en el mercado europeo desde 1998), presentado en unas tarrinas con un soporte de gel que se ha de aplicar en dos veces, una cada 15 días.
En otros países existen productos antivarroa registrados, como el “API LIFE VAR ®“, cuya composición es: timol 74%; mentol 3’7%; alcanfor 3’7% y eucaliptol 16% en un soporte poroso.apilife
La Unión Europea considera que el timol es un producto inocuo, por lo que no ha puesto  un límite legal (MRL) a los posibles residuos de timol en la miel u otros productos  apícolas.
Sin embargo se ha de tener en cuenta que sus residuos son detectables sensorialmente a partir de 11 ppm (partes por millón, 1 g. por cada 1.000 Kg. de miel), lo que altera el aroma de la miel.

Ácido oxálico:
Proviene de las plantas de la familia de las Oxalidáceas (agret, magreta, trébol ácido…Oxalis ssp).
Se ha de utilizar sin cría, mojando a las abejas con 5 ml en cada espacio entre cuadros, diluído al 10 % en un jarabe de agua y azúcar al 50 %, haciendo 4 aplicaciones separadas 4 días.
ecoxalSu efectividad es variable. Se usa desde 1983. En España se registró en 2007 un preparado para usar de la forma descrita con el nombre de “ECOXAL ®”.
También se utiliza deshidratado, poniendo el polvo sobre una placa metálica que se introduce por la piquera, la placa se conecta a una batería que la calienta, transformando el ácido en vapor. Para que los vapores actúen se ha de mantener la colmena cerrada unos minutos.
Pruebas realizadas en Levante durante el verano de 2008 en colmenas Layens, con cría, dieron como resultado una disminución de la infestación de varroa del orden del 60 % con dos o tres aplicaciones, trabajando con 4 evaporadores conectados a una batería, con un gasto de mano de obra de 1 minuto por colmena, útil para rebajar infestaciones severas en condiciones de floración y poder retrasar la aplicación de un tratamiento químico hasta después de la cosecha. En colmenas sin cría es un procedimiento de control a considerar.

           
Ácido fórmico:
Se coloca en dispositivos evaporadores. En su presentación comercial, 85 %, es peligroso para las reinas y la cría, contrariamente a lo dicho no mata a las varroas debajo del opérculo. Debe manejarse con guantes (nuevos, sin perforar), mascarilla y gafas protectoras, produce quemaduras en la piel y sus vapores son peligrosos.
mitegoneLa eficacia más alta se consigue utilizando placas de esponja de jardinería retractiladas (existen en el mercado: MITEGONE ®) para controlar la evaporación. Estas placas deben ser cebadas con ácido fórmico diluido al 65 %, y ubicadas en un lateral de la colmena, clavadas en la cera. En las colmenas Layens, con cabezales que, generalmente no tienen paso de abeja, no puede colocarse encima de los cuadros, por lo que esta es una buena opción.
Ensayos preliminares propios han dado muy buenos resultados tratando con calor (registrado hasta 38 º C), a finales del verano; sin embargo el tratamiento invernal en colmenas Layens, en Valencia, con el mismo método y dosis no ha resultado efectivo, al parecer el ácido no se evapora suficiente.

Lucha genética:
En la naturaleza cada acción provoca unas reacciones, y la parasitación de las abejas por varroa sigue ese principio. Desde que fue descrito como una plaga para las abejas, 1964, estas han ido “aprendiendo” a luchar contra ella.
Uno de los mecanismos desarrollados ha sido el “despiojamiento” (“grooming”), las abejas que lo desarrollan muerden a las varroas y se las quitan de encima con mayor o menor eficacia.
La herencia de este comportamiento es compleja, y no actúa siempre, aparece con mayor o menor eficacia dependiendo de que haya o no floración…
La vertiente visible de este comportamiento es que los primeros años de varroa en España, 1986 en adelante, era fácil ver las varroas en el tórax y la espalda de nuestras abejas, mientras que ahora es más difícil.
Según José Manuel Flores (comunicación personal) es posible que las varroas se hayan vuelto “más listas” como respuesta al despiojamiento, y se escondan más, en la parte ventral de las abejas, entre los anillos…
Otro mecanismo más prometedor contra varroa es lo que los anglosajones actualmente llaman “higiene específica contra varroa” (VSH, Varroa Sensitive Hygiene), que consiste en que las abejas detectan bajo el opérculo en qué celdillas hay varroas hembras con descendencia, criando, y desoperculan esas celdillas, sacan la pupa de abeja, limpian la celdilla de varroas y luego bien dejan la celda vacía, limpia, o bien vuelven a poner dentro su pupa y elevan un poco las paredes de la celdilla para poder cerrar y sobre ese suplemento vuelven a opercular.
Las colmenas que tienen una alta presencia de este comportamiento se identifican porque, cuando tienen varroa, en la cría operculada se ven celdillas abiertas con abejas a medio formas, blancas aún, a lo sumo con los ojos coloreados (los mexicanos le llaman a esas pupas “cría calavera”).
Estas son las que las abejas han desoperculado y están en proceso de limpieza.
También aparecen celdillas de obrera con el opérculo ligeramente sobreelevado, que son las que ya limpiaron y volvieron a cerrar.
Y, finalmente, aparecen más fallos de lo normal en la cría, celdillas vacías, cría salpicada, que son las celdillas que las abejas limpiaron totalmente.
Este comportamiento, que ya tenían las abejas de nuestra zona contra las larvas de polillas antes de la llegada de varroa, ha ido apareciendo en  diferentes partes del mundo.
El problema de la su aplicación en Apicultura es conseguir que muchas abejas de una colmena lo tengan, para que se dé de manera generalizada en su cría.
Para ello hace falta una selección genética, de manera que tanto las reinas en fecundación como los zánganos que las fecunden sean portadores de los genes que provocan este comportamiento ante el estímulo de “sentir” a las varroas criando bajo los opérculos de la cría; así, la mayoría de las abejas de esas colmenas, que tendrán la misma madre pero pueden tener diferentes padres (15-20), se comportarán de la manera esperada.
La heredabilidad de este comportamiento es buena lo que ha movido a que en diferentes partes del mundo se pongan en marcha esos programas de mejora genética encaminados a fijarlo en la descendencia de algunas “familias” de reinas y evitar la alta dependencia de la Apicultura actual del uso de acaricidas contra varroa.
Desde el 2000 existe en los EEUU un programa estatal en este sentido, en el que están implicadas varias universidades y criaderos profesionales de reinas, y hace unos años han llegado a poner en el mercado líneas genéticas de alto comportamiento supresor de varroa, a las que llamaron líneas SMR (Supresión Mite Reproduction, Supresoras de la Reproducción de Ácaros), y hoy día se conocen como VSH.
Este tipo de programas también se han puesto en marcha en otros países: Francia, México… En España también funciona un programa similar desarrollado en el Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba.
Algunos apicultores, también en España, han puesto en marcha en sus explotaciones programas particulares semejantes y, tras considerables pérdidas los primeros años, aseguran tener abejas que requieren muchos menos tratamientos para mantenerse activas y productivas a pesar de mantener poblaciones bajas de varroa.

Otros procedimientos de lucha:
El resto de los tratamientos ensayados hasta la fecha: aceites minerales, vaselina, rotenona, sales de cobre, tratamiento térmico, propóleos, forzar la cría de zánganos y eliminarlos antes de su nacimiento, hongos que atacan a varroa, disminución del diámetro de la celdilla de los 5,4 mm. del estampado actual a los 4,9 mm. “silvestres”… no han dado resultados suficientemente buenos para el control de la población de varroa.
Desinfección:
La desinfección del material proveniente de colmenas afectadas de varroa no es necesaria, si no coincide con otra enfermedad infecciosa.
Un simple almacenamiento de unos 15 días hará que las posibles varroas o sus fases de desarrollo mueran de hambre en ausencia de abejas.
De cualquier manera, como medida suplementaria, no está de más rascar para limpiar y pasar el soplete, al menos al fondo, para desinfectar.
Detección:
Habitualmente, en las zonas donde los colmenares están más o menos aislados, es suficiente realizar un tratamiento de control de varroa al año.
Pero es necesario verificar que el tratamiento ha tenido éxito, o averiguar en otros momentos en qué situación nos encontramos respecto a varroa. 
detaccion varroaPara ello pueden utilizarse varios métodos de detección de varroa, el más sencillo y con muy buena fiabilidad es el siguiente:
Sacar un cuadro de cría operculada del centro de la cámara, preferiblemente que no sea cera nueva, ni tenga miel ni cría abierta. Con un cuchillo de desopercular, muy afilado, desopercular, aproximadamente, 1 dm² (unas 100 celdillas) de cría operculada de obrera. Vaciarlas, dando un  golpe seco contra la tapa de una colmena  vecina.
Devolver el cuadro a su sitio y cerrar la colmena. Contar en la cría desoperculada que hemos vaciado en la tapa vecina el nº de obreras y nº de varroas maduras (solo las de color castaño, las blancas no cuentan); si la cría estaba recién operculada y se deshace al cortarla contar el nº de celdillas que se han desoperculado.deteccion varroa

Calcular el % de infestación como % de varroas sobre cría de obreras:

            % de infestación = (nº varroas/nº crías de obrera) x 100

Cuando este % es bajo, inferior al 5 %, podemos esperar hasta un par de meses para realizar el tratamiento; siempre y cuando no tengamos cerca algún colmenar lleno de varroa del que estemos adquiriendo” continuamente nuevas varroas, en cuyo caso deberíamos tratar e intentar que lo haga también nuestro vecino o vecinos.
Cuando el % de infestación se aproxima al 20% es necesario plantear un tratamiento antes de un mes. Si hay más del 30% se ha de plantear un tratamiento inmediato, antes de que a la colmena entre en fase “terminal” y no sea recuperable.
Se ha de tener en cuenta que cada 15 - 30 días, según las circunstancias, la población de varroa puede doblarse.
También se ha de tener en cuenta que las tres cuartas partes de las varroas que hay en la colmena  se encuentran bajo la cría operculada (más si hay cría de zánganos) por lo que es más fácil y seguro localizarlas sobre la cría operculada que sobre las obreras adultas.
Además, últimamente cada vez más, parte de las obreras atacadas por varroa están desarrollando comportamientos de defensa, uno de ellos es el despiojamiento (“grooming”), que consiste en morderlas y quitárselas de encima, con lo que es más difícil detectar varroa sobre las obreras.

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