http://venerablesarboles.blogspot.com.es/2015/06/los-arre-ndajos-plantadore-s-de-bosques.html
Desde hace siete mil años en parejas, estas aves se dedican a recorrer sus 5 a 7 hectáreas, recogiendo las semillas que están en mejores condiciones, tanto desde el punto de vista fitosanitario -por su buena cáscara-, de madurez y también por su tamaño, eligiendo aquellas que son mayores. Recogen castañas, avellanas, nueces, ayucos... pero, sobre todo, bellotas de roble, y las esconden bajo tierra mullida, incluso dentro del pinar, empujándolas con el pico, como despensa para posteriores necesidades. Las bellotas las transportan en el buche y en el pico - +/-cinco cada viaje-, trabajando hasta 10 h/d durante la buena temporada. Y si en el área que habitan los frutos son escasos se desplazan a áreas próximas en un radio de entre 8 y 12 km, según las barreras geográficas que tengan que salvar. Las semillas las distribuye, a veces, en líneas, guardando las distancias, haciendo un trabajo inimaginable para ningún silvicultor. Las semillas olvidadas germinan dando lugar a nuevos árboles, pero los cotiledones de las plantas germinadas también son consumidos por estas aves. Este método de diseminación es gran apuesta para la creación de robledales, ya que los retoños nacidos debajo de los padres apenas tienen futuro. Se estima que una temporada un solo ejemplar es capaz de almacenar entre 4.500 y 5.000 bellotas (Cramp y Perrins, 1994, Vázquez, 1997), lo que puede dar idea de su papel en la regeneración "natural" de nuestros bosques.
Un plato suculento para este pájaro son las orugas que atacan a los árboles, contribuyendo al control de plagas. También se alimenta de lombrices, insectos, algún roedor y otros frutos.
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