domingo, 1 de noviembre de 2009

La interesada campaña en favor de las bombillas de bajo consumo (parte 2)

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Ramón Carratalá Sevila
Sobre los diferentes tipos de lámparas comercializadas como de "bajo consumo"…

– Este artículo hacía referencia a lo que ha venido siendo denominado en España “lamparas de bajo consumo” desde hace casi treinta años: las lamparas fosforescentes compactas (CFL en inglés). Y es aplicable, por extensión, a todos los sistemas de iluminación “fosforescente”.
Sin embargo, desde su publicación en Julio del 2008, han salido al mercado algunos otros tipos de lamparas diferentes, que también se publicitan como de “bajo consumo” —o incluso “ecológicas”— (denominaciones que no responden a ningún criterio estricto, ni están verdaderamente reguladas), y que quedan al margen del análisis expuesto en el artículo.
Ofrecen nuevos dispositivos de iluminación led, dicroica, halógena, e incluso incandescente tradicional mejorada. Que, en su mayoría, están todavía en constante evolución comercial, investigación y experi-mentación, sin que existan estándares comunes a todas las marcas. Y se justifican en que, dentro de la calificación legal de eficiencia energética EEL (una escala genérica que puntúa desde la G hasta la A), están evaluados por encima de la E (aunque los fabricantes saben que el término "ahorro de energía" está destinado únicamente a las lamparas de clase A; y que a partir de Septiembre del 2010 entrará ya en vigor la prohibición de su uso para todas las demás).
Estas nuevas lámparas son tremendamente diferentes entre sí, incluso desde el punto de vista del consumo energético, por lo que requerirían de sus propios análisis específicos.


Sobre los diferentes tipos de luz de las lámparas fluorescentes…

– Recientemente, con posterioridad a la redacción del artículo, han empezado a comercializarse unas nuevas lamparas compactas fluorescentes con distintas gamas de color, para superar el inconveniente que se reseñó respecto a su espectro luminoso.
Este es un aspecto de la luz que ya se trató en el artículo. Pero que no debe confundirse con la intensidad (medida en lúmenes); ni tampoco con el grado de intermitencia de la luz fluorescente —que la diferencia de la incandescente, cuyo flujo es continuo—, a la que se denomina "frecuencia de parpadeo" (medida en hertzios).

– Es demasiado pronto para emitir un juicio sobre ellas. Pero en cualquier caso lo seguro es que, de momento, no conviene guiarse por las denominaciones "luz cálida", "luz normal", etc. (puesto que los criterios para las denominaciones varían —a veces bastante— de unos fabricantes a otros).

– Las dos referencias más objetivas, para diferenciar unas de otras, son la indicación de la "temperatura del color" en grados Kelvin app y el índice de reproducción cromática I.R.C. (en inglés CRI: "colour rendering index").
Pero, lamentablemente, es frecuente que los fabricantes no indiquen la temperatura Kelvin. Y aún es mucho más raro que informen sobre el IRC (excepto en productos para iluminación profesional). En cuyo caso, el consumidor hará bien en presuponer que se trata de un producto mediocre (muy probablemente se tratará de una luz de 4000 K; y con un índice de reproducción cromática muy bajo —posiblemente, en torno a 50 IRC—, al que le faltarán casi totalmente determinadas frecuencias luminosas).
La "temperatura del color" únicamente compara el color que adquiere un cuerpo negro iluminado por una determinada fuente de luz, con el color que adquiere ese cuerpo negro calentado a una cierta temperatura medida en grados Kelvin (a menor temperatura el color tiende más al rojo; mientras que a mayor temperatura tiende más hacia el azul).
Esto sirve para orientar sobre el color de la luz, pero no informa sobre el espectro luminoso (tan importante desde el punto de vista biológico que, como saben los expertos en acuarios y en el cultivo de plantas con iluminación artificial, pueden observarse experimentalmente comportamientos absolutamente distintos en el crecimiento de plantas —y también en otros aspectos— cuando la iluminación procede de tubos de igual temperatura pero diferente IRC, pues algunas radiaciones luminosas pueden estar prácticamente ausentes).
El índice de reproducción cromática (IRC ó CRI) mide la capacidad real que tiene una fuente luminosa de reproducir con fidelidad los distintos colores de un objeto iluminado concreto, en comparación con la luz solar. Valorándose mediante una escala que va de 0 a 100, en la que el valor máximo patrón lo constituye la luz solar normal a las 12.00 del mediodía de un día sin nubes.
Y debe entenderse, que son dos baremos completamente independientes… Es posible, por ejemplo, obtener un blanco muy brillante (o con diversos tonos de color) combinando fuentes que emitan tan sólo ondas luminosas en 3 colores (como hacen los tubos trifosfóricos). Sin embargo, ello no proporcionará el mismo espectro luminoso que un dispositivo que emita luz simultáneamente en todas las bandas del espectro (como se intenta que hagan los tubos profesionales llamados de "espectro total", o "full spectrum"), que permitirá imitar con muchísima mayor fidelidad la luz solar natural.

– Esta tabla puede servir de alguna orientación respecto a la temperatura…
827K Blanco anaranjado.
Iluminación con tonalidad suave, de tipo "ambiental".
2000K Color similar al de la luz natural al atardecer con el sol en el horizonte.
2700K Blanco amarillento subido.
Iluminación "extra cálida".
·····
3000K Blanco cálido.
Muy cómodo para el ojo humano, es un color similar al de la luz natural
de la mañana antes de que el sol suba mucho.
El habitual en la iluminación artificial incandescente de calidad.
Recomendable para la mayoría de tareas de alto requerimiento visual.
·····
4000K Blanco frío (en inglés "cool white").
Subjetivamente, "mortecina" (incluso con buena intensidad).
El más habitual en los “fluorescentes” compactos y en los tradicionales.
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6000K Luz artificial denominada clásicamente "Luz Día", o "Luz Solar".
Existe desde hace muchos años en bombillas clásicas convencionales
que tienen el cristal de un color azul peculiar.
Especialmente diseñada para la lectura de texto sobre papel.


Sobre las lámparas fosforescentes compactas regulables…


– También ha aparecido, muy recientemente, algún modelo de lampara fosforescente compacta que debería de ser compatible con los sistemas de regulación de intensidad. Pero la información que ofrecen los fabricantes es insuficiente; y no ha habido tiempo material para establecer una completa valoración objetiva sobre todos los parámetros de eficacia y eficiencia en su funcionamiento.
En principio, a no ser que venga especificado de forma clara e inequívoca en su etiquetado, deberá presumirse que cualquier "lámpara de bajo consumo" (LF, LFC y LFCi) tiene las limitaciones que ya se indicaron en el artículo; y que son incompatibles con elementos electrónicos que induzcan variaciones en el flujo lumínico.


Sobre "mitos" y "verdades"…

– Debe quedar claro que determinada propaganda generada por algunas multinacionales del ramo de la iluminación, que se presenta como destinada a rebatir los "mitos sobre las bombillas de bajo consumo" —y que sirve de fuente, incluso, para algunas campañas institucionales patrocinadas por administraciones públicas y también por organizaciones privadas de diversa índole—, es realmente mero trabajo de marketing destinado a mejorar sus expectativas de beneficios. Y que no puede tomarse como una información desinteresada, completa, y totalmente fiable.
Como es habitual en la publicidad, se procura no mentir directamente. Pero no se ofrece toda la verdad, claramente expuesta. Sino que se enfatizan unas cosas y se intenta velar otras; procurando dar la mejor imagen posible, incluso induciendo deliberadamente a la confusión del consumidor cuando es conveniente.

– El programa de televisión "Cazadores de Mitos", emitido en España por Cuatro y otros canales televisivos, es muy divertido, ingenioso, e interesante. Pero debe comprenderse que es exclusivamente un programa de entretenimiento; y que, frecuentemente, no puede llegar a cumplir estrictamente con los requisitos de una experimentación científica verdaderamente rigurosa. Por lo que sus resultados y conclusiones son, a veces, muy discutibles y cuestionables en algunos aspectos [el programa mismo advierte explícitamente, a veces, de modificaciones en lo que correspondería a un experimento válido, ante la dificultad de llevarlo a cabo].
En este sentido, sus experimentos sobre iluminación —cuyas conclusiones diferían, en algunos aspectos, de lo que es comúnmente aceptado por los científicos de la industria especializada y también es ratificado por muchos consumidores— no sirven para determinar cual es la frontera entre algunas verdades y mitos.

– Por otra parte, es necesario ser consciente de que algunas tecnologías incorporadas a la iluminación son tan extremadamente nuevas que nadie ha tenido tiempo material para realizar ciertas investigaciones con un mínimo de rigor científico. Y de que cierta parte de lo que se publicita es mera especulación a comprobar.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Afortunadamente ya está despegando la tecnología LED, yo ya tengo varios focos en mi casa de este tipo.